martes, 14 de febrero de 2012

Lo anterior terminò por perderse.
 El cielo, en un inconveniente de mediano alcance, daba luz a la densidad de las nubes. Claro, aquellas ètereas brillaban como telarañas delgadas en una mañana, pero otras daban una idea del imposibilitado  cielo. Creo q ue la  refrencia al Cielo e s un mètafora, no exclusiva del judeocristanismo para referirse a lugares sagrados. Y lo expreso como creencia porque es loque siento cuando veo las nubes de una tarde que escampa y se nubla como el ritmo constante de la ciudad.

No votar es darle votos al que va a ganar. Disculparàs el inconveniente Cibector. Pero el paìs se ve imbuido en las artimañanas polìticas. Por lo cual es necesario recordar de vez en vez  que tambièn ayudarìa votar.
Y ami me sigue el deseo de sanar.  Observo, es un deseo. Los deseos limitan el camino, no obstante siento màs que un deseo algo q ue quiero hacer. Tanto como nadar. Me siento ademàs con resistencia fìsica. No sè  que decir del camino espiritual. Cada quièn sabe de sì mismo màs de loq ue nadie podrìa.  Si me ausento, si no estoy aqui. si comienzo a teclear evitando ejercicios de literatura automàtica, pues eso no me gusta. Què tal del que odiaba las palabras. Abstracto o negado de sì. y que tal del que creìa hallar verdad en su belleza; observando un espejismo.  Sin embargo este gusto me ayuda tambièn. Porque si no soy alguièn, que es lo màs razonable, entonces simplemente no soy alguien. Pero todos somos alguien, desde luego, pero tù sabes que no exclusivamente. No recuerdo mi nombre. No soy Yo.
No favorezcamos las tendencias. Votemos. Sanemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario